Amenudeo nos preguntamos ¿y de que viven, aquí en los Tuamotus? La vida aparentemente esta sin estrés. Mar de sur. El sol brilla cada día, el mar turquesa, las palmeras balancean en el viento. Si tienes hambre pescas, si hay sed rompes un coco. Y todo el mundo siempre tiene tiempo para conversar.

Aun mas: Las casas de los polinesios son sencillas, pero bien hechas. Tienen televisiones grandes de LCD, iPhones y muchos conducen uno de estos nuevos grandes 4×4 de Toyota. Pero, trabajando duro apenas se ve a alguien. ¿Qué hemos hecho mal en occidente con nuestra idea de vida?

En que grado Francia por razones geopolíticos mantiene con subsidios la población en estos islotes perdidos no lo averiguamos de forma concluyente. Pero al menos dos maneras de ingresos existen.

Por un lado está la producción de copra. En todos los lugares se recogen los cocos, luego lo rompen y secan la fibra blanca al aire libre. De vez en cuando se acerca un barco de abastecimiento y se lleva la producción. 140FP pagan por kilo, unos 1,20€. Nos parece un precio bastante aceptable – interpretamos que está subvencionado por Francia. Ya que en San Blas (Colombia) han dejado casi por completo este negocio, después de que el precio del mercado mundial ha caído en picado.

Pero luego hay otra industria importante en los Tuamotus. La producción de perlas. Brillan misteriosamente de color antracita cuando la china la saca con una pinza larga de la concha. Cuando por primera vez atravesamos una laguna repleta de boyas de diversos colores comprendimos que ya no se bucea mas de forma artesanal por la perla oculta. Ya es un negocio industrial. Gigi en Raroia nos lo explica todo en su granja de perlas. A las conchas de un año de edad se implante una bolita de plástico. Luego buceadores devuelven las conchas a la laguna, colgándolas en el agua con cabos largos sostenidos por boyas. Un año mas tarde la concha ha convertido el objeto introducido en una perla noble.

Unos convierten agua en vino. Otros plástico en perlas valiosas. Genial, ambos. Yo mismo solamente he conseguido unas miserables piedras en los riñones.