Sin duda los lobos marinos son los animales más espectaculares de Galápagos. Sobre todo llegando navegando como nosotros. Después de echar la ancla enseguida los escuchas. Rugen, tosen, un ruido como si acaba de caerse un tripulante al agua.

Después de nuestra primera salida a tierra ya se han acomodado. En la bañera de nuestro barco, como de costumbre. En cada banquillo se ha estirado uno. Con toda la normalidad y empreñado por los intrusos que están llegando y les quieren echar.

Aunque a primera vista parecen patosos: son muy ágiles. Cruzan anchas playas de arena y a pesar de su piel deslizante suben en las costas rocosas varios metros hacia arriba para echarse una siesta. Así el TUVALU les parece ser un juego de niños.