Cuando hace muchos años leí por primera vez los retratos de Heide Witts de sus circunnavegaciones a vela y ví las fotos de su viaje alrededor del Cabo de Hornos, había ahí una foto de sus yate FREYDIS navegando con el spinaker en frente de un glaciar. Desde ese momento pensé: En algún momento de mi vida quiero ir allí. Los sueños están para ponerlos en práctica. Ayer era el momento. Aunque no con el Tuvalu, pero aún así.
A las siete de la mañana salimos con nuestro coche desde nuestro hotel en Puerto Río Tranquilo hacia el final del Valle Exploradores. Una pista precaria de ripio. Ahí un pequeño barco nos trasladada al otro lado de un río furioso, seguido por otra media hora más en coche. Entonces, cambiamos a una pequeña lancha. Dos horas más tarde está delante de nosotros: el Glaciar San Rafael. Majestuoso . Tremendamente frío. Millones de años de edad. Hermoso. Impresionante. Aún más bello que en todos mis sueños.