Grises, un poquito gruesos pero tranquilos se abren camino a través de los pastos marinos, que crece con abundancia en la Lamen Bay. Como mamíferos tienen que respirar de vez en cuando, esa es nuestra oportunidad. Y por eso estamos aquí.

Estamos anclados junto a su pasto y esperamos temprano por la mañana ver uno de estos dugóngs, una especie de vaca de mar. Blub, blub, justo al lado! Pero no, solo otra de estas muchas tortugas. Por una vez no nos interesan.

Por la tarde en el pueblo preguntamos. Ah, al atardecer, pero al otro lado del fondeo. Ya lo imagináis… En los próximos días obtendremos interminables consejos seguros de los lugareños. Poco a poco aparece el síndrome de los Kiwis en Nueva Zelanda. Aparentemente todo es solo un espejismo para atraer a navegantes inocentes a la bahía. Que sin duda es hermosa, incluso sin dugóngs.

Dos meses después anclamos en la Île des Pineen Nueva Caledonia. Una fantástica playa, lo mejor de lo mejor. Estamos sentados tranquilamente en la popa  admirando los pinos de la costa. Por eso vinimos aquí. Blub, blub, – y en menos de diez metros delante nuestro un dugong emerge de las algas.

 

© Foto portada: Julien Willem, CC BY-SA 3.0