#1 en medio de la nada: THOR

2020-04-30T08:25:07+00:00 30 abril, 2020|# in the middle of nowhere, 2020|

Dialogo con circunnavegadores confinados: El navegante en solitario catalán David Ruiz inició su circunnavegación en el año 2016 en Barcelona, España y ahora ha llegado al Mar Rojo a través del Atlántico, el Caribe, el Pacífico, Australia e Indonesia. Su barco se llama THOR, un Cigale 14 con un casco de aluminio de 14,5m. No todas las experiencias con él fueron tan surrealistas como las que tuvimos en casa de Majids en Borneo. Pero desde que nos conocimos en 2019 en Cairns, hemos compartido nuestro amor por la estética peculiar.

Ubicación

Un dicho reza: Nunca preguntes a un marinero a dónde va mañana. Ya que como marineros estamos acostumbrados al hecho de que nuestros planes cambian repentinamente, ya sea por la meteorología, por problemas técnicos o lo que sea. ¿Dónde se encuentra tu yate y su tripulación desde el cierre del mundo por el coronavirus?

¿Percibes esta situación inesperada con frustración, te produce miedo existencial o la vives más como una oportunidad de autoconciencia?

Hola Hans, navego en solitario a bordo de mi velero Thor Cinco. Me encuentro en el Mar Rojo, en una protegida bahía de aguas egipcias. El cierre me ha pillado navegando desde Djibouti rumbo a Suez. He tenido algunos problemas en aguas de Eritrea y también en Sudán, pero afortunadamente, y por ahora Egipto me permite estar fondeado con bandera amarilla en sus aguas, obviamente sin bajar a tierra.

Personalmente vivo esta situación como una aventura más de mi viaje. Como bien apuntas en tu introducción, los navegantes estamos acostumbrados al hecho de que nuestros planes cambien repentinamente, y esto es lo que ha provocado esta situación, un cambio de planes.

La diferencia estriba en que esta causa, afecta al mundo entero, de manera que en nuestra toma de decisiones para gestionar la situación intervienen factores que normalmente no lo hacen, como por ejemplo la situación en la que se encuentran nuestros familiares que están en tierra, las noticias globales sobre el avance de la epidemia, las restricciones a la navegación que impone cada país, etc. El tablero de juego por el que navegamos ha cambiado completamente sus reglas haciendo que la situación sea muy compleja, de manera que para acertar lo mejor posible en esa toma de decisiones hay que valorar muchos más aspectos que en otras ocasiones.

Hay que mantener la mente abierta y estar dispuesto a ir rectificando en función de cómo evolucionen los acontecimientos, sin precipitarse ni caer en el alarmismos. Esto viene a ser como una prueba más con la que tropezamos en nuestro viaje, sólo que en este caso es de carácter excepcional. Cuando uno planea una circunnavegación, sabe perfectamente cuales son las situaciones con las que deberá lidiar: meteorología, problemas técnicos, burocracia de los diferentes países, salud, etc. Nadie se plantea una situación tan inédita como esta;  pero también es verdad que el espíritu que mueve a un navegante a soltar amarras y zarpar, dejando atrás la zona de confort,  está movido por un afán de reto, por una búsqueda de intensidad, de sentirse conectado al presente, lo que llamamos vulgarmente “sentirse vivo” y esto lo provocan las situaciones nuevas e inesperadas, sean buenas o malas. Esta es una de ellas y de proporciones colosales. Siento que debo gestionarla desde esta mirada, desde el reto, y sacar el máximo partido de la experiencia.

Como todos los grandes retos, exige momentos de acción pero sobretodo lo que reclama son momentos de reflexión y de hacer ese ejercicio de autoconciencia del que hablas en tu enunciado, porque está claro que de aquí se puede extraer una gran enseñanza siempre y cuando estemos atentos y receptivos para ello; así que desde este punto de vista, esto también es una oportunidad que hay que aprovechar. Pienso que el que vea esta situación única y exclusivamente como un virus que nos ataca, va a sufrir mucho. La naturaleza es savia y nos está dando un toque de atención que hay que saber interpretar, sacar conclusiones y actuar en consecuencia, cada uno en su entorno y circunstancias, pero esta llamada se dirige a todos.

En este sentido que yo me encuentre en un barco en el Mar Rojo, o en el apartamento de una gran ciudad, es anecdótico e irrelevante.

Burocracia

A pesar de funcionarios conciliando el sueño, perros mojados que buscan drogas en el camarote o rellenar docenas de formularios inútiles, en su mayoría hemos sobrevivido a la burocracia de la entrada y salida a casi todos los países sin ningún problema mayor. Estas historias a menudo nos han proporcionado material para anécdotas interminables, que en un futuro lejano contaremos a nuestros nietos como viejos lobos del mar bebiendo ron con gusto.

¿Cuál ha sido tu experiencia con la inmigración desde el cierre? ¿Te entienden, te ayudan a encontrar soluciones o te sientes abandonado? ¿La embajada de tu país te ayuda a resolver problemas en tu situación? A pesar de las restricciones, ¿todavía tienes contacto con la población local y su cultura?

En mi caso las alarmas saltaron estando fondeado en el puerto de Djibouti. Cerraron la entrada a nuevos barcos, pero no la salida. De pronto nos prohibieron bajar a tierra a los veleros que ahí estábamos, aún habiendo pasado un control médico al llegar. Existían contradicciones entre los diferentes organismos oficiales, guardacostas, harbour master, agentes, etc. Teníamos la posibilidad de abastecernos a través de un tipo que se ofrecía para ello con su barca, sin embargo sus exigencias económicas eran desde mi punto de vista abusivas. Esto propició que algunos, como es mi caso, decidiéramos bajar a tierra para ir al supermercado, haciendo caso omiso de las ordenes, que por otra parte nunca se dieron a través de un comunicado oficial a cada barco. Yo no tuve demasiados problemas, más allá de tener que esquivar alguna zona portuaria con mi dingui, y hacer oídos sordos a los gritos de un guardacostas furioso que me gritaba desde la otra punta del muelle que no accediera al interior del puerto.

Con el barco bien abastecido, fuimos 5 veleros los que zarpamos Rumbo hacia Suez, con la idea de hacer escalas en el puerto de Sudán y luego en Ghalib, ya en Egipto. En aquel momento estos puertos estaban abiertos y aceptaban yates. Sin embargo durante el viaje, acabaron todos cerrando antes de que pudiéramos alcanzarlos. La situación empezó a ser atípica y a adoptar tintes de película apocalíptica.  Fondeamos en un islote de Eritrea y fuimos expulsados  por los militares que custodiaban la zona. Días más tardes después de dialogar mucho con una patrullera en Sudán, nos dejó estar dos noches fondeados a resguardo del fuerte viento norte que soplaba entonces. A partir de ahí ha sido de gran ayuda la conexión vía satélite con los diferentes veleros que nos encontramos en algún tramo en la ruta desde Sri Lanka a Suez, intercambiando información, referente a la situación en los puertos y las posibilidades de abastecimiento. De esta forma, supimos que en Port Ghalib estaban ofreciendo la posibilidad de entrar a por diesel y alimentos, cosa que hicimos.

Fue una imagen de las más icónicas del momento. Entrabamos de uno en uno y en menos de 15 minutos ya estábamos fuera dando paso al siguiente. Allí, en el muelle desierto de un resort de lujo cerrado, aguardaban cuatro tipos con máscaras guantes y equipos de fumigación. A mi me entregaron la mitad del diesel y los alimentos que solicité, pero lo suficiente como para seguir unos días.

Poco después, el grupo se fue rompiendo. Algunos querían alcanzar Suez lo antes posible, a un sabiendo que estaban cobrando precios abusivos y pagando una boya diariamente en aguas portuarias, con un Mediterráneo con los puertos cerrados. Una especie de huida hacia delante, que nunca he entendido. El velero ALDIVI, y THOR, decidimos fondear en algún lugar protegido de estas preciosas costas de aguas turquesas, y esperar tranquilamente a que la situación mejore para poder ir al Mediterráneo.

Soy consciente de que ahora mismo nuestro confinamiento es de lujo si lo comparamos con lo que está viviendo la mayoría de la gente en el mundo. Y si lo comparamos con la epidemia de peste negra que asoló Europa en el siglo XIV y que acabó con la vida de 25 millones de personas, esto es Disneylandia.

Ir a tierra

Como marineros, somos paradigmáticamente móviles. Pero en realidad, los circunnavegadores solo navegan aproximadamente el 20% del tiempo, el resto se encuentran en bahías, charlando con la población autóctona, realizando largas caminatas, y recogiendo conchas en la playa. ¡El reto es la cala!

¿Qué hay de ir a la playa desde el cierre? ¿Todavía está permitido ir a tierra y en qué condiciones? ¿Puedes suministrarte comida y diésel? ¿Qué pasaría si no cumplieras con las regulaciones?

Está terminantemente prohibido desembarcar. En mi caso no he podido hacer la entrada oficial al país ya que los puertos para ello están cerrados, de manera que la bandera amarilla ondea en la cruceta. Ya es de agradecer que las autoridades egipcias nos dejen estar fondeados durante tantos días frente a sus playas.

A día de hoy he hecho tres desembarques no permitidos en los últimos 40 días. El primero fue en Djibouti para ir al supermercado, como ya he comentado en la primera parte de la entrevista y puedo asegurar a día de hoy, que fue una gran decisión. Las otras dos han sido aquí, una en un islote desierto  de arena blanca que tengo a 2 millas de distancia para estirar las piernas. En realidad si no voy más a esta isla es porque el viento suele ser duro y es arriesgado ir con el dingui, pero aquí prácticamente no hay nadie.

El otro desembarque ha sido más arriesgado y un poco temerario, puesto que me animé a bajar a la playa frente a la que estoy fondeado y en la que hay un complejo de resorts cerrado, y alguna casa. Encontré un pequeño supermercado lo cual fue como descubrir un tesoro. A la salida, cargado de bolsas, me esperaban 4 hombres uno de los cuales se presentó muy educadamente como el jefe de seguridad de la zona, y me pidió que no volviese a desembarcar y así lo he hecho, pues me juego la expulsión del país, o que me manden a Suez y quedarme confinado en aguas portuarias pagando precios desorbitados.

La gran ventaja en Egipto es que es un país acostumbrado al turismo, somos parte de sus ingresos, la población civil nos trata con respeto y se hacen cargo de las circunstancias.

Desacoplado

Durante años has viajado solo en unos pocos metros cuadrados. Travesías largas de varias semanas cruzando los océanos, estás acostumbrado a desconectarte y vivir en tu pequeño mundo. Ahora a la humanidad entera les pasa lo mismo.

¿Te sientes encerrado o es realmente la gran libertad? ¿Cómo organizas tu vida cotidiana? ¿Te aburres a veces? ¿Ha cambiado tu estado mental desde el cierre?

A pesar de las restricciones para desembarcar, mis sensaciones no distan demasiado de las que he tenido a lo largo de mi viaje. No estoy obligado a quedarme aquí, algunos barcos ya están navegando por el Mediterráneo y yo puedo zarpar cuando quiera. En otras ocasiones, he estado varios meses en un lugar esperando a que pasara la estación de huracanes; esto es lo mismo. Sería absurdo estar fondeado en un lugar bonito, de aguas turquesas en plena naturaleza a bordo de tu barco, que es tu casa, y no seguir sintiéndome libre. Como bien sabemos, nuestro estado de ánimo depende de nuestra actitud mental frente a los acontecimientos. Adaptarse a las circunstancias en cada caso, sin dramatizar y valorar la situación con amplitud de miras. Ya lo dijo Marco Aurelio: “La calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestros pensamientos”. Intento tenerlo siempre bien presente y trabajar mi cabeza en esa línea.

Tengo la gran suerte de estar acompañado de otro velero, el ALDIVI, en el que navega la primera familia mexicana en aventurarse a dar la vuelta al mundo. Esta gente es encantadora y muy generosa; compartimos largas horas juntos ya sea en apasionadas tertulias, o disfrutando de su talento con la cocina. En mi caso que voy en solitario, esto es un tesoro.  A parte de esto, la lectura y la escritura ocupan gran parte de mi tiempo, sin olvidar el ejercicio físico (la edad no perdona, jeje). En definitiva, exceptuando las visitas a tierra, el plan es muy similar al de cualquier otro fondeo durante mi vuelta al mundo. Mi estado mental, te diré que ha ido evolucionando a lo largo de este viaje, no ahora, y de alguna manera llego a esta situación con una madurez en este sentido de la que antes quizás no gozaba.

Navegar en solitario implica introspección y auto reflexión constante. Es un viaje apasionante a tu interior en el que vas descubriendo todas tus facetas al milímetro. El autoconocimiento, que es fundamental para gestionar las propias emociones, acaba proporcionándote una base muy sólida para caminar por la vida con serenidad, y serenidad es lo que hace falta ante los grandes retos que nos depara la vida, como este de ahora.

Naturaleza

Como marineros, tenemos una relación muy estrecha con la naturaleza, aprendimos a tener mucho respeto por el mar y el clima. También hemos visto cuán frágil es nuestro planeta, estamos viendo esta increíble masa de plástico flotando en el Océano Índico y el fracaso absoluto de la población para lidiar con él. A menudo parece que las temporadas de huracanes duran más que antes y que se vuelven más fuertes, incluso si nuestro horizonte temporal es muy pequeño. Fuimos testigos de las discusiones sobre los objetivos climáticos de París, el fracaso de su implementación en gran medida, y vimos directamente las consecuencias del aumento del nivel del mar en muchas islas del Pacífico (nosotros en TUVALU estábamos en Tuvalu). Ahora parece que el planeta está devolviendo el golpe. El virus envió todos a casa.

¿Ha cambiado tu relación con la naturaleza y tu propio comportamiento en materia de sostenibilidad?

He reflexionado mucho sobre lo mal que lo hemos hecho. Hemos conseguido vivir completamente de espaldas a la naturaleza, ignorándola por un lado y agrediéndola por el otro. Nos hemos equivocado por completo; y me llama la atención nuestra ceguera y nuestra ineptitud para no darnos cuenta que estamos matando la vida, nuestra vida. La naturaleza no va a tener ningún problema en recuperarse. Sus tiempos y sus ciclos están en otra dimensión, y como especie humana no le hacemos ninguna falta. Somos su grano de pus infectado. Antes de que la podamos destruir por completo, ya habremos desaparecido de sobras. Nos apartará de un manotazo sin ningún tipo de complejo, a nos ser que cambiemos radicalmente, y me temo que el tiempo se nos acaba.

Uno de los motivos de este viaje, ha sido el de poder vivir inmerso en la naturaleza durante unos años. Estando en la ciudad me obsesionaba la idea de que cada día de nuestra vida sale el sol por el Este y se va por el Oeste, originando dos grandes espectáculos ignorados por la inmensa mayoría de nosotros. Dos espectáculos, que además son gratis, para ricos y para pobres. Esto sencillamente me parece una falta de respeto y un desprecio absoluto por la vida y dice muy poco sobre la inteligencia humana.

En este sentido mi viaje hacia el Oeste ha sido un viaje siguiendo al sol. Y me he cuidado mucho de saludarlo cada mañana y despedirlo cada tarde agradeciéndole su presencia y disculpándome por haberlo ignorado durante tantos años. Mi relación con ella se va conciliando.

Por otra parte, he sido testigo directo del problema monumental que hay con el plástico en los océanos, y concretamente en el Índico como bien apuntas. Y lo alarmante es que el estado del índico es un avance de lo que va a ocurrir en el Pacífico y el Atlántico, si no somos capaces de tomar medidas drásticas. Trabajo en ver como puedo contribuir a ello en cuanto termine este viaje, a través de mi profesión: el diseño gráfico y la publicidad; dos disciplinas que obviamente tienen una enorme responsabilidad y una gran repercusión en el tema, y desde las cuales se pueden cambiar muchas mentalidades si se canalizan en esta dirección.

Comunicación

En el pasado, circunnavegadores como Bernard Moitessier dispararon mensajes con tirachinas a los cargueros para notificar, muy de vez en cuando, a sus seres queridos que aun no se han hundido. Cuando llegaron finalmente a casa después de años, descubrieron que hubo nietos, la mujer se volvió a casar y el papá se murió.

¿Te comunicas regularmente con «tus seres queridos en casa»? ¿Qué medios usas para contactarte? ¿Echas de menos los contactos sociales y han cambiado con el bloqueo?

La conexión digital es lo que hace que esta situación sea tan llevadera para la gran mayoría de seres humanos. La incomunicación es sólo física. Me comunico muy a menudo con mis hijos, familiares y amigos. Existe algún problema técnico debido a restricciones impuestas por el gobierno egipcio para las llamadas telefónicas, así que cuando no es posible hacerlo por este medio, uso principalmente el whatsapp. Cuando no tengo cobertura, utilizo la comunicación vía satélite a través del Iridium normalmente en forma de correo electrónico. Esta comunicación es clave para mi. Yo estoy bien porque se que mis seres queridos lo están, es así de sencillo. La vida social, no ha cambiado demasiado.

He pasado largos periodos solo, y otros muchos en compañía a través de la gente que conoces en los lugares que visitas y las tripulaciones de otros barcos. Me adapto bien a todas las posibilidades y me gustan todas ellas. Hace una semana aquí estábamos cuatro veleros, hoy dos, mañana pueden llegar otros, no está prohibido navegar y la costa ofrece muchos fondeos, hay un cierto movimiento. También hay gente local que se ha acercado nadando o en barca desde la playa para preguntar si necesitamos algo y ofrecernos ayuda, y con algunos de ellos acabas estableciendo una cierta relación.

Relaciones

Nadie sabe por el momento cómo cambiarán las relaciones entre humanos y entre los estados después de la crisis del virus Corona. Ya sea que los gobernantes totalitarios mantengan un repunte, las fronteras permanezcan cerradas o incluso se dibujen nuevas, que los militares estén presentes en las calles y en la televisión (como en España, por ejemplo), y nos dicten lo que podemos y no podemos hacer.

Pero también parece que cada vez escuchamos más la ciencia. Los virólogos y epidemiólogos se explican en horario estelar o en podcasts que se escuchan mucho. Aprendemos nuevamente que los científicos no hacen declaraciones absolutas sobre el futuro, que proponen tesis, luego las comprueban con ensayos y luego las refinan nuevamente. En fin, que el mundo es más complejo de lo que los populistas nos quieren enseñar. Quizás, también aprendamos que solo la solidaridad global nos salva.

¿Ha cambiado tu relación con la ciencia, la política, tu entorno social y también con tu patria en tu viaje?

Este viaje me ha permitido hacer algo que siempre había soñado: leer de todo y leer sin límites de tiempo. Esto está siendo uno de los grandes placeres de esta experiencia de vida. Uno de mis grandes lujos. A lo largo de estos años he podido meter la nariz en libros de ciencia, filosofía, política, sociología etc. Me ha surgido un gran interés por algunos temas determinados que están influyendo mucho en mi manera de percibir la vida, la naturaleza y el comportamiento de los seres humanos. Estoy muy interesado en los avances que se están llevando a cabo sobre el funcionamiento del cerebro, la neurociencia, y paralelamente, estoy leyendo libros sobre la conciencia, la mente, las filosofías orientales como el budismo etc. Son temas que me han atrapado y lo han hecho para siempre.

En cuanto a la política he ido siguiéndola a una cierta distancia, digamos que he puesto también millas de por medio, lo que me ha proporcionado una perspectiva mucho más saludable sobre el tema. En los últimos años se había convertido casi en una obsesión, y el exceso de información hacía difícil desconectar de ella. El hecho de poder valorar la política de tu país desde el otro lado del mundo, por ejemplo, es muy recomendable, porque como todos sabemos, cuando estás demasiado cerca de las cosas los árboles no te dejan ver el bosque. Digamos que ahora mi relación con la política sigue despertando el mismo interés de siempre, pero mi capacidad para filtrar, discurrir y relativizar es mejor. Tengo una mirada menos visceral y más sosegada y eso se traduce en una visión mucho más clara.

En cuanto a la relación con mi patria, de entrada, prefiero hablar de país y no de patria. El término patria, me remite directamente a conceptos que aborrezco, y a ese determinado grupo de personas que están siempre obsesionadas con “salvarla”, los clásicos “salvapatrias”, cuando es obvio que a quien habría que salvar urgentemente es a ellos de sus miedos, su inseguridad y su ignorancia. Al margen de esta apreciación, la relación con mi país no ha cambiado. Sigo muy desanimado o mejor dicho cada día más desanimado viendo el pobre nivel político que tenemos. Estamos en un callejón sin salida donde reina la mediocridad. Hace muchos años que no se hace política. No sólo en España, sólo hay que ver el psicópata que gobierna una de las grandes potencias del mundo. En este sentido no soy optimista en cuanto al futuro inmediato, y creo que vamos directos al caos.

Esta pandemia va a contribuir a despertar conciencias, pero también va a mostrarnos la cara más ruin y miserable de los humanos, y no va a ser suficiente para que haya el gran cambio que requiere la humanidad si no queremos acabar extinguiéndonos como especie. En este sentido el pobre nivel de la política actual, el sistema depredador de la libre economía sumados a la pandemia, mucho me temo que acelerarán el proceso para que reviente todo por completo, y luego, en función de lo que quede y hayamos escarmentado de una vez por todas, se podrá abrir el camino hacia un nuevo paradigma, o no. Espero que si por mis hijos, yo ya no lo veré.

Futuro

Joseph Conrad escribió: Sigue el sueño y sigue el sueño otra vez y tan continuamente, hasta el final. Pero ahora estamos atrapados; ¿se acabó el sueño?

¿Crees que nuestra situación como circunnavegadores atrapados es transitoria, que pronto podremos navegar de nuevo y completar la circunnavegación? ¿O estás pensando en vender el barco y abortar el sueño? Y a aquellos navegantes, que están a punto de iniciar una vuelta al mundo en vela, que te siguen y les sirves como ejemplo igual como teníamos también nuestros ídolos; ¿que les recomendarías?

Me gustaría aclarar que no me siento para nada “atrapado”, más bien al contrario, siento que tengo el privilegio de seguir siendo libre. La situación es transitoria. Esto no es el fin del mundo. Esta claro que podré llegar a Barcelona en algún momento y concluir así un viaje de casi cuatro años.

Se de algunos circunnavegadores que se plantean abortar el viaje y regresar a sus países. Un viaje así no es cosa de un mes, sino que se trata de una etapa de tu vida, y como tal sabes que te encontrarás con momentos complicados y momentos gratificantes. La única razón que podría hacerme abortar el viaje, sería que surgiera un problema familiar grave.

Mi recomendación para aquellos que se plantean el viaje próximamente, es que esto no les debe frenar en absoluto, al contrario, ahora es el mejor momento para perderse en una isla del Pacífico y huir de la gran urbe. El que vea esto como un freno, creo que debe reflexionar seriamente porque quizás no tiene la idea demasiado madura y en realidad lo que está buscando es una excusa. Los sueños están para conquistarlos, hay que hacer caso a Joseph Conrad. ¡Soltad amarras!

Positivo

¿Cuál es la mejor experiencia, la más positiva que has vivido desde el cierre?

La relación que disfruto con mis vecinos de fondeo del velero ALDIVI. Las circunstancias han consolidado una amistad que empezó a gestarse en nuestro encuentro en las Maldivas y posteriormente en Djibouti.

También la predisposición por parte aquellas personas que se han acercado al barco para ofrecernos ayuda de abastecimiento, sin conocernos de nada y muchas veces de forma totalmente desinteresada.

http://thorcinco.squarespace.com

@thorcinco

Posición actual: 26º 50.8’N 33º58.8’E

3 Comentarios

  1. URBANO 30 de abril de 2020 en 17:23 05Thu, 30 Apr 2020 17:23:29 +000029. - Responder

    Preciosa y emotiva descripción

  2. Susana 01 de mayo de 2020 en 09:11 09Fri, 01 May 2020 09:11:11 +000011. - Responder

    Disfrutando de esta entrevista. Me ha encantado

  3. Jose 03 de mayo de 2020 en 12:57 12Sun, 03 May 2020 12:57:15 +000015. - Responder

    Me encanta tu forma de pensar y la energía positiva y buen criterio que desprendes!! Enhorabuena

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